Lecturas

ENRIQUE DE HÉRIZ

Ayer murió Enrique de Hériz. Nada más enterarme, sin dar crédito aún al tweet de Rosa Montero, me inundó una profunda pena y recordé el arranque de «Mentira», su gran novela: «¿Muerta? ¿Muerta yo? A quién se le ocurre. No mientras quede una sola palabra por decir«.

«Mentira» es uno de mis libros favoritos. No puedo olvidar el impacto que me provocó su lectura, la emoción. La historia de esa mujer dada por muerta que se plantea desaparecer y que, sin embargo, vuelve, que renace de alguna forma. La historia de esa familia que sufre la desaparición de la madre y que se descompone poco a poco, que se busca. Una novela sobre quienes somos, y sobre como nos ven los demás, sobre las mentiras que se van contando de generación en generación y que nos sostienen de alguna forma. Una novela que contiene tantas cosas.

«Mentira» me descubrió quien soy. Porque nunca he sido capaz de contar un libro como conté «Mentira» en la radio. Y desde que lo hice supe que seguiría recomendando libros como lo hago. «Mentira» me dio la razón.  La recomendé por primera vez en Onda Cero, en el programa «Agosto en la Onda» que dirigía Javier Ruiz Taboada (y donde compartí micro con el gran Pepín Tre) y fue un momento mágico. recuerdo que cuando terminé de hablar de «Mentira» Pepín Tre me felicitó y Taboada dijo que hasta me temblaba la mano. Y era verdad. Era pura emoción. En septiembre empecé a trabajar en el programa de Isabel Gemio y para mi primera intervención elegí volver a hablar de «Mentira». Como si fuera un talismán. Y se volvió a repetir la magia. Nunca, de verdad, he contado tan bien un libro como lo conté ese día. Tanto, que a los pocos días me llamó él, Enrique de Hériz, para mi asombro. No nos conocíamos. Me dijo que me había escuchado en la radio, que le había gustado mucho y que me quería conocer. Estuvimos un rato hablando del libro, de la lectura que yo había hecho, y quedamos en vernos en una presentación que se hizo en en el FNAC de Callao.

Después de la presentación nos saludamos, nos dimos un abrazo y me dedicó el libro. Estuvo cariñoso, cercano, encantador. Me hizo una dedicatoria hermosa, maravillosa: «Antonio; no sé si puedo dedicarte esta mentira; ya es más tuya que mía. Y encima me la devuelves convertida en verdad. ¡Gracias!»

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Guardo el libro como una joya. Está maltratado por las sucesivas lecturas, y lo que le queda, porque ahora me lo voy a volver a leer. Hay que leer a Enrique de Hériz. Yo le conocí poco y le leí mucho. Me parece un gran escritor y me pareció una persona extraordinaria.

Aún no lo puedo creer. Quedaban tantas palabras por decir.

 

Reseña

«La muerte del comendador» de Haruki Murakami – Tusquets

Esta novela ha sido editada en dos volúmenes pero, igual que esa magnífica portada, de la que no he sido consciente hasta que no he puesto las dos juntas, es una sola, larga, que tiene la esencia de Murakami, todo lo que esperan sus seguidores y todo lo que se pueden encontrar a lo largo de su obra.

Por un lado, las maravillosas reflexiones, pegadas a la realidad, de personas que un día deciden buscar un sentido a su vida y que lo encuentran la mayoría de las veces en su pasado o dentro de sí mismos, gente perdida, profunda, silenciosa, que observa el mundo buscando una respuesta. Y por otro lado ese mundo mágico donde todo es posible, realidades paralelas en lugares que están cerca de nosotros, dentro de un agujero negro encontrado en un bosque que parece una puerta a otra dimensión o simplemente un lugar donde desaparecer, donde entender el mundo hasta el punto en el que da lo mismo salir, como en «La muerte del comendador», o puertas que dan a otro universo, paralelo, cercano, muy parecido y sin embargo muy diferente al nuestro, como en «1Q84», o un mundo entero dentro de un pozo, en la oscuridad, o tantos otros.

Por eso esta novela es una magnífica forma de acercarse a la obra de Murakami para quien nunca lo haya leído y un disfrute para quien sea seguidor.

Un hombre es abandonado por su mujer y decide dejar su principal actividad, pintar retratos, y emprender un viaje por el norte de Japón, con su viejo coche, un viaje de búsqueda, de conocimiento, donde conoce a una mujer misteriosa y a un hombre que conduce un Subaru, que será clave. Clave no tanto argumentalmente sino esencialmente, clave en la forma en que son importantes ciertos personajes en las novela de Murakami, donde a veces no importa tanto lo que sucede sino cómo se siente lo que sucede. Clave porque el protagonista se da cuenta de algo esencial, porque, sin que lo sepa, ese hombre del Subaru modifica todo lo que siente y lo que piensa. ¿Cuántas veces nos pasa eso a nosotros y no somos capaces de reconocerlo? Es asombroso como Murakami es capaz de hablar de cada uno de nosotros desde tan lejos o desde su universo mágico.

Viaja hasta que un amigo, hijo de uno de los pintores más importantes de Japón, le ofrece la casa de su padre para que se quede a vivir allí. Y en esa casa descubrirá un agujero excavado en pleno bosque, un lugar mágico y misterioso que vertebrará toda la novela, como una fuente de conocimiento, de reflexión y de cambio. Y en esa casa descubrirá un cuadro esencial y desconocido del gran pintor, y del cuadro saldrá un personaje que se le aparecerá, una idea, que también será clave. Y conocerá a un vecino, un personaje magnífico, que le cuenta una historia sobre una de sus alumnas que también vive cerca de allí, y entre los tres se creará un triángulo asombroso. Y volverá a pintar. Y descubrirá un mundo secreto, mágico, extraño, que le hará viajar por territorios desconocidos, tal vez dentro de sí mismo.

Esta novela es una reflexión maravillosa sobre el arte, sobre la memoria, sobre lo que volcamos de nosotros en lo que creamos, sobre la culpa, sobre lo que sabemos de nosotros mismos y sobre lo que somos capaces de descubrir de nosotros mismos y de los demás, sobre los acontecimientos del pasado que nos han marcado, sobre los mundos que se cruzan con el nuestro y lo modifican, sobre la percepción de la realidad y la posibilidad de salvarnos.

Llena de magníficos personajes, como Menshiki, el vecino, rico, excéntrico, obsesivo, con un pasado turbio y un único objetivo, conocer a la que puede ser su hija, Marie Akikawa, otro personaje impresionante, la adolescente callada que recorre los bosques a oscuras, o su tía, Shoko. Como Masahiko, que cede la casa al protagonista, y su padre el gran pintor Tomohiko Amada, fundamental en el desarrollo de la historia y en su resolución, y hasta Yuzu, la mujer que le abandona, motor de la historia y sin embargo contada en pocos trazos. Llena de historias y de tramas (que terminarán cruzándose) apasionantes, mundos reales, historias cotidianas y mundos mágicos alucinantes.

No quiero desvelar nada porque tiene una resolución asombrosa y, parece mentira, pero Murakami, después de 967 páginas (entre los dos volúmenes) termina la novela de forma abrupta, como si ya no tuviera sentido seguir tirando de la trama, explicando, como si llegados al punto del gran descubrimiento del narrador, ya nada tuviera sentido. No importan los personajes que le han acompañado en el viaje, no importa más que lo que él ha aprendido, cómo ha cambiado su esencia, su forma de ver el mundo, cómo ha crecido definitivamente, y uno se queda con ganas de otras mil páginas más que nos cuenten qué fue del gran Menshiki, y como creció Marie, y qué pasó con ese agujero que dio sentido a todo. De repente la vida pasa por delante en pocas páginas. Ya no hace falta más. Lo esencial está contado. pero nos quedamos con ganas de más. Más Murakami.

Es bueno léerselas del tirón, porque en el primer volumen no acaba nada y del capítulo 32 al final del Libro 1 pasamos al 33 en el comienzo del Libro 2, y es mejor ahorrarse los meses que me he pasado yo esperando esa segunda parte que no era tal, sino mera continuación.

No os la perdáis. Es magnífica. Es Murakami.

Reseña

«El cielo según Google» de Marta Carnicero – Acantilado

«Al principio no quise preguntar nada«. Así arranca la primera novela de Marta Carnicero, y desde ahí hasta el final no he podido parar de leer esta historia sobre la pareja, sobre los celos, sobre la infidelidad, sobre la paternidad, sobre el hecho de ser hijo, sobre la maternidad, sobre la adopción, sobre la imposibilidad de recuperar el pasado, sobre la importancia de las cosas que nos ocurren, sobre cómo vivimos nuestras vidas mientras Google nos pinta otra realidad, distinta, estable, ficticia.

Una mujer recibe una llamada que le anuncia la inminente muerte de su padre, que la abandonó y al que no ha vuelto a ver desde hace muchos años, mientras que ella misma acaba de sufrir otro abandono, el de su pareja. Los dolores, los recuerdos y las sensaciones se superponen y disparan la novela, los recuerdos, el viaje (yo creo que todos los viajes son de ida) y la vida.

Y por el camino sabremos que no todos son buenos ni malos y conoceremos la historia de sus padres, su amor inicial, la adopción de Naïma, (la narradora) y asistiremos a la lenta degradación de una pareja que se deja llevar. Los celos, las infidelidades y cómo reacciona cada uno. Las batallas, las luchas, la desidia, el lento desangrarse. A mí me ha interesado mucho este estudio de la pareja, una pareja que decide convivir a pesar de todo, por necesidad y por decisión, y la descripción exacta de cada sensación, la ausencia de deseo, la mediocridad, la desidia, el desamor, el dolor, y esa terrible perdida de tiempo que es seguir al lado de la persona equivocada.

«Tenemos varios yoes dentro y lo que somos depende, más de lo que parece, del compañero de viaje que nos hemos buscado; nos amoldamos a sus costumbres sin darnos cuenta de que dejamos atrás versiones de uno mismo que quizá otra pareja habría sabido despertar«.

Y por otro lado conoceremos, apenas, tan solo dibujada, la historia del padre. El otro lado. Como si solo fuéramos capaces de salvarnos cuando conocemos ambos lados, cuando somos capaces de ponernos en la piel de los que nos hicieron sufrir y comprenderles, de alguna forma, como si solo esa fuera la forma de avanzar.

Una novela que empieza muy poco a poco y que va cogiendo tono y fuerza hasta construir una historia muy hermosa y muy dura, magníficamente contada, llena de reflexiones valiosas en un viaje interior muy potente, con personajes muy bien dibujados.

Me ha parecido una buena novela (y bien traducida del catalán por parte de Pablo Martín Sánchez).

 

 

Reseña

Ignacio Padilla

En diciembre, Juan Casamayor, editor de Páginas de Espuma, organizó junto con el Instituto Cervantes de Madrid y el Instituto de México, un homenaje a Ignacio Padilla, muerto en un accidente de trafico hace dos años. Páginas de Espuma acababa de publicar «Micropedia», una tetralogía que, bajo al edición de Jorge Volpi, dan forma a un universo asombroso y único que, en palabras de Juan Casamayor, «es una de las cumbres del cuento en español«: «Las antípodas y el siglo», «Los reflejos y la escarcha», «El androide y las quimeras» y «Lo volátil y las fauces», este último inédito. Además, en el estuche se incluye un cuadernillo con textos sobre Ignacio Padilla escritos por amigos y escritores que lo leyeron y le conocieron, como Alberto Chimal, Santiago Gamboa, Fernando Iwasaki, Andrés Neuman, Edmundo Paz Soldán o Cristina Rivera Garza, entre otros. Una auténtica joya.

El homenaje fue emocionante y, sobre todo, impregnó a todos los asistentes de la esencia de Ignacio Padilla, de su personalidad extraordinaria, de su obra única, del dolor de sus amigos, de la admiración, del desastre que fue ese accidente que nos privó de él. Abrió el acto Luis García Montero e intervinieron Juan Casamayor, Fernando Iwasaki, Juan Carlos Méndez Guédez, Ana Pellicer y Jorge Volpi, moderados por Raquel Caleya.

Al día siguiente hablé con Juan Casamayor y le confesé un asunto que me avergonzaba: «Juan, no he leído a Ignacio Padilla», y él me contestó «Pues es hora, entonces».

He empezado por «Las antípodas y el siglo» y me faltan palabras para describir la sensación de entrar en el universo de Ignacio Padilla, la imaginación, la exuberancia, la forma de narrar y de arrastrarte por las páginas como sus personajes se arrastran por desiertos o paisajes desbordados, la falta de aire al terminar cada relato, la alegría, la sensación de plenitud y de emoción. Solo sé que esta puerta que me ha abierto Juan Casamayor ya no se va a cerrar (como tantas otras que me ha abierto, por cierto).

Un hombre que reconstruye en el desierto su ciudad amada, Edimburgo, con sus calles y su castillo, ante la imposibilidad de volver; la lucha contra la muerte y la forma de vencerla de los nativos de Saint Martin que «habrían preferido olvidar la muerte» o «asimilarla hasta apropiársela con un vigor sobrehumano«; la historia del hombre que «concibió la idea de conquistar el Everest mientras agonizaba en un hospital«; la importancia de reconocer y poseer un Hutchinson-Van Neuvel en la batalla; la terrible venganza que infligieron los habitantes de Salisbury al coronel Eyengton, el tedio y el tiempo; la historia del peor sastre del Raj Británico y la convicción de que «el verdadero heroísmo emerge por fuerza en el inmenso trecho que media entre el valor y el absurdo«; el combate entre un santo y el demonio que habitan la misma persona; el paraíso clausurado del psiquiátrico del doctor Talbot, donde la locura no era sino una virtud o una forma de vida; los erilios, con su rastro de harina y humanidad; o la imagen de Lord Gronoham muriéndose de frío mientras abrazaba una litografía de Durero.

El universo de Ignacio Padilla está lleno de mundos extraños que explican el nuestro, de locos en los que nos reconocemos, de viajeros que envidiamos, de muertes soñadas, de gritos, de pasión, de amor. Para mí ha sido un gran descubrimiento. Voy a intentar recuperar el tiempo y dejarme llevar.

Poco puedo aportar yo después de lo que cuentan todos sus amigos y los escritores que le homenajean en esta magnífica «Micropedia». Solo quería compartir, como lector, con vosotros, la experiencia, la alegría, el disfrute, la emoción, por si queréis seguir mis pasos y lanzaros a devorar las páginas que escribió Ignacio Padilla.

Nos os arrepentiréis.

 

 

Reseña

«Serotonina» de Michel Houellebecq – Anagrama

No puedo evitar leer a Michel Houellebecq. Y me cae fatal. Me parece un misógino y a veces me parece hasta racista, clasista… Y sin embargo luego me doy cuenta de que me está provocando, constantemente, y que estoy cayendo en la trampa. Es canalla, inteligente, provocador, divertido, profundo, y cuando sale el mejor Houellebecq te sumerge en la historia y te termina hiriendo como hiere la buena literatura. No puedes salir indemne de su lectura.

Las novelas de Houellebecq suelen tener una arquitectura parecida: primero te pinta un mundo tremendo en el que parece no haber salida y luego te muestra una pequeña esperanza, una luz a la que agarrarte, para, una vez que has bajado un poco los brazos, golpearte con la fuerza de la desesperanza.

«Serotonina» cuenta la historia de un hombre autodestructivo, solitario y que, sin embargo, tiene la esperanza (por un momento) de encontrar el gran amor, la paz, el sentido, pero que sabe que solo hay una salida. Un hombre que «se está muriendo de pena» y que busca en la química una solución más real y posible, la única forma de sobrevivir.  Está enganchado a un nuevo antidepresivo («Es un comprimido pequeño, blanco, ovalado, divisible«, así empieza la novela) “que permitía a los pacientes integrar con una facilidad inédita los ritos más importantes de una vida normal dentro de una sociedad evolucionada (higiene, vida social reducida a la buena vecindad, trámites administrativos sencillos) sin favorecer en modo alguno, a diferencia de los antidepresivos de la generación anterior, las tendencias suicidas o de automutilación.
Los efectos secundarios indeseables observados con mayor frecuencia con Captorix eran las náuseas, la desaparición de la libido, la impotencia.

Porque en realidad de eso trata esta novela: de la posibilidad de relacionarse con el mundo, de la posibilidad de encontrar la felicidad, del amor, del deseo, de lo que ocurriría si fuéramos capaces de anularlo, de la imposibilidad de vencer.

Arranca con la certeza de que tiene que dejar de convivir (o lo que quiera que sea eso) con su pareja y con el descubrimiento de unos videos porno protagonizados por ella, con una huida y continúa con el repaso de lo que ha sido su vida sentimental, su búsqueda, sus fracasos y la imposibilidad de volver atrás, y todo ello mezclado con un análisis de la sociedad francesa más actual.

Está llena de referencias culturales, de críticas feroces y divertidas a destacados escritores, lleno de momentos en los que intenta despertarnos a base de referencias al propio lector, de llamadas de atención, de provocaciones, pequeñas y divertidas, y enormes, que nos obligan a movernos en el asiento y hacernos algunas preguntas esenciales. Porque como toda buena novela, «Serotonina» no hace más que plantearnos preguntas.

Hay que leer a Houellebecq.

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Adiós a 2018 (y su lista de libros)

Este año termina con vocación de cerrar ciclos. Se acaba una etapa así que no queda más que reinventarse y buscar. Para mi consuelo siempre digo que lo que no te atreves a hacer tú lo hace la vida por ti y, cuando eso ocurre, hay que agradecerlo. Vendrán nuevos trabajos y nuevos proyectos. Escribir, contar, crear y, como dijo Sergi Bellver en Facebook ayer, día 30 de diciembre, dándonos una lección a muchos, saber que «en el fondo todos elegimos nuestro destino, todos somos responsables de nuestra vida y todos construimos nuestra realidad«.

Este año se ha acabado el programa LITERATURA Y COMPAÑÍA en Gestiona Radio, porque se ha acabado la propia emisora. Empezamos en febrero de 2016 y ha sido una experiencia extraordinaria y enriquecedora. Me gusta vivir alrededor de los libros. El día que la emisora se fue a música (en televisión se van a negro) iba a grabar el programa 99, y ya tenía grabado el programa 100, un especial con Eduardo Laporte sobre los mejores libros del año y algunas recomendaciones para estas fiestas. Una lista menos.

Podría contar mi vida a través de los libros que leo. Este año he leído 131 libros.

He disfrutado especialmente con “Homo Lubitz” de Ricardo Menéndez Salmón, con “Ezequiel” de Adolfo Gilaberte, con “Honrarás a tu padre y a tu madre” de Cristina Fallarás, con “Noche que te vas, dame la mano” de Mario de los Santos, con “Pelea de gallos” de María Fernanda Ampuero, con “Era el cielo” de Sergio Bizzio, con “Un final para Benjamin Walter” de Álex Chico, con “Mandíbula” de Mónica Ojeda, con “Mudar de piel” de Marcos Giralt Torrente, con “Desnuda” de Paola Rivera, con “Cabezas cortadas” de Pablo Gutiérrez, con “Feliz final” de Isaac Rosa, con “Los pacientes del doctor García” de Almudena Grandes, con “Palas y Héctor” de Jo Alexander, con “Los sorrentinos” de Virginia Higa, con “Kentukis” de Samantha Schweblin, y por supuesto, con “Ordesa” de Manuel Vilas y “El dolor de los demás” de Miguel Ángel Hernández, pero mis dos libros favoritos del año son “Nada que no sepas” de María Tena y “Ataduras” de Domenico Starnone.

Es una lista de 20. Y por si a alguien le interesa, ahí va la lista con los 131:

1- “En la ciudad líquida” de Mata Rebón – Caballo de Troya

2- “En estado salvaje” de Charlotte Wood – Lumen

3- “El desconcierto” de Begoña Huertas – Rata Books

4- “Objetos frágiles” de Inés Mendoza – Páginas de Espuma

5- “Homo Lubitz” de Ricardo Menéndez Salmón – Seix Barral

6- “Diarios 2015-2016” de Eduardo Laporte – Pamiela

7- “Ezequiel” de Adolfo Gilaberte – Mármara

8- “Peter y Wendy” de J.M. Barrie – Penguin Clásicos

9- “Mundo extraño” de José Ovejero – Páginas de Espuma

10- “Contar es escuchar” de Ursula K. Le Guin – Círculo de Tiza

11- “El porqué del color rojo” de Paco Bescós – Salto de Página

12- “Los ojos vendados” de Siri Hustvedt – Seix Barral

13- “El mal y el tiempo” de Carlos Fortea – Nocturna

14- “La ola detenida” de Juan Carlos Méndez Guédez – Harper Collins

15- “Conviene tener un sitio adonde ir” de Emmanuel Carrère – Anagrama

16- “Las más extrañas historias de amor” ed. Eva Manzano – Reino de Cordelia

17- “Primavera cruel” de Luis Roso – Ediciones B

18- “Un amor” de Alejandro Palomas – Destino

19- “Absolutamente Heather” de Matthew Weiner – Seix Barral

20- “El silencio y los crujidos” de Jon Bilbao – Impedimenta

21- “Miedo” de Stefan Zweig – Acantilado

22- “Honrarás a tu padre y a tu madre” de Cristina Fallarás – Anagrama

23- “Lo que está y no se usa nos hará nos fulminará” de Patricio Pron – Literatura RH

24- “Ordesa” de Manuel Vilas – Alfaguara

25- “Los terneros” de Rodrigo Blanco Calderón – Páginas de Espuma

26- “La clave Némesis” de Iñaki Martín Velasco – Almuzara

27- “Pelea de gallos” de María Fernanda Ampuero – Páginas de Espuma

28- “Más que humano” de Theodore Sturgeon – Minotauro

29- “El orden del día” de Éric Vuillard – Tusquets

30- “Trilogía de la guerra” de Agustín Fernández Mallo – Seix Barral

31- “Noche que te vas, dame la mano” de Mario de los Santos – Candaya

32- “Código de barras” de VVAA – Demipage

33- “La vida de H” de Alejandro Gándara – Salto de Página

34- “El asesino tímido” de Clara Usón – Seix Barral

35- “Una mujer infiel” de Miguel Sáez Carral – Planeta

36- “Filek” de Ignacio Martínez de Pisón – Seix Barral

37- “Las posesiones” de Llucia Ramis – Libros del Asteroide

38- “Expediente Ananda” de Nacho López Llandres – Berenice

39- “El coleccionista” de John Fowles – Sexto Piso

40- “El amor después del amor” de Laura Ferrero y Marc Pallarés – Bridge

41- “La chica del cumpleaños” de Haruki Murakami – Tusquets

42- “Amor fou” de Marta Sanz – Anagrama

43- “Los crímenes del futuro” de Juan Soto Ivars – Candaya

44- “La gatera” de Muriel Villanueva – Navona

45- “El dolor de los demás” de Miguel Ángel Hernández – Anagrama

46- “Sprinters” de Claudia Larraguibel – Salto de Página

47- “Para morir iguales” de Rafael Reig – Tusquets

48- “Los Caín” de Enrique Llamas – Alianza de Novelas

49- “Oh gueto mi amor” de Eduardo Halfon – Páginas de Espuma

50- “Ataduras” de Domenico Starnone – Lumen

51- “El amor de Penny Robinson” de Alonso Guerrero – Berenice

52- “Planes para el pasado” de Fernando Sánchez Pintado – Pasos Perdidos

53- “Fábrica de luz” de Carmen Estirado – Seurat

54- “Una noche con Sabrina Love” de Pedro Mairal – Libros del Asteroide

55- “El jardín de los sospechosos” de Marina Sanmartín – Principal de los libros

56- “Siete cuentos morales” J.M. Coetzee – Literatura Random House

57- “Madre que estás en los cielos” de Pablo Simonetti – Alfaguara

58- “Aparecida” de Marta Dillon – Sudamericana

59- “Meditaciones” de Marco Aurelio – Alianza

60- “Cambridge en mitad de la noche” de David Jiménez Torres – Entreambos

61- “La vida en ello” Fernando Beltrán – Univ. Valladolid

62- “El trigo que cae” de Xenia García – Talentura

63- “Moneda al aire” de Leonardo Valencia – Fórcola

64- “Tigres de cristal” de Toni Hill – Grijalbo

65- “El cuento de la criada” de Margaret Atwood – Salamandra

66- “El hijo del héroe” de Karla Suárez – Comba

67- “Era el cielo” de Sergio Bizzio – Interzona

68- “Un certain M. Piekielny” de François-Henry Désérable – Gallimard

69- “La huésped” de Florencia del Campo – Base

70- “Fantasmas de la ciudad” de Aitor Romero Ortega – Candaya

71- “La maternidad de Elna” de Assumpta Montellà – Ara llibres

72- “Que nadie duerma” de Juan José Millás – Alfaguara

73- “Grandes éxitos” de Antonio Orejudo – Tusquets

74- “Las pequeñas virtudes” de Natalia Ginzburg – Acantilado

75- “Bailando en la oscuridad” de Karl Ove Knausgard – Anagrama

76- “Un final para Benjamin Walter” de Álex Chico – Candaya

77- “La novia gitana” de Carmen Mola – Alfaguara

78- “Un andar solitario entre la gente” de Antonio Muñoz Molina – Seix Barral

79- “Mi vida sin microondas” de Amelia Pérez del Villar – Fórcola

80- “Mandíbula” de Mónica Ojeda – Candaya

81- “El día de mañana” de Ignacio Martínez de Pisón – Seix Barral

82- “El secreto de las fiestas” de Francisco Casavella – Anagrama

83- “Biografía del silencio” de Pablo d’Ors – Siruela

84- “La polis literaria” de Rafael Rojas – Taurus

85- “Tiene que llover” de Karl Ove Knausgard – Anagrama

86- “4 3 2 1” de Paul Auster – Seix Barral

87- “La Habana es un espejo” de Alma Guillermoprieto – Literatura Mondadori

88- “Teoría King Kong” de Virginie Despentes – Literatura Random House

89- “Párpados” de Toni Quero – Galaxia Gutemberg

90- “Que no nos gane el miedo” de Lolita Bosch – NowBooks

91- “A merced de un dios salvaje” de Andrés Pascual – Espasa

92- “Qué mundo tan maravilloso” de Lola López Mondéjar – Páginas de Espuma

93- “Haz memoria” de Gema Nieto – Dos Bigotes

94- “La azotea” de Fernanda Trías – Tránsito

95- “Mudar de piel” de Marcos Giralt Torrente – Anagrama

96- “Manos de lumbre” de Alberto Chimal – Páginas de Espuma

97- “Cara de pan” de Sara Mesa – Anagrama

98- “La muerte del comendador” de Haruki Murakami – Tusquets

99- “Duelo de alfiles” de Vicente Valero – Periférica

100- “Desnuda” de Paola Rivera – Tres Hermanas

101- “Cabezas cortadas” de Pablo Gutiérrez – Seix Barral

102- “Feliz final” de Isaac Rosa – Seix Barral

103- “Lejos de todo” de Rafa Cervera – Jekyll and Jill

104- “Paz, amor y death metal” de Ramón González – Tusquets

105- “Los días blancos” de Marta Armingol – Pregunta

106- “Los pacientes del doctor García” de Almudena Grandes – Tusquets

107- “Permafrost” de Eva Baltasar – Literatura Random House

108- “El funeral de Lolita” de Luna Miguel – Lumen

109- “Lecturas pendientes” de Pedro Ugarte – Ediciones Nobel

110- “Yo estoy vivo y vosotros estáis muertos” de Emmanuel Carrère – Anagrama

111- “Palas y Héctor” de Jo Alexander – Acantilado

112- “Kadaré: la gran estratagema” de José Carlos Rodrigo Berto – Ed del Subsuelo

113- “Los sorrentinos” de Virginia Higa – Sigilo

114- “Las primaveras de Verónica” de Carola Aikin – Páginas de Espuma

115- “Nada que no sepas” de María Tena – Tusquets

116- “Por qué la literatura experimental…” de Ben Marcus – Jekyll & Jill

117- “Kentukis” de Samantha Schweblin – Literatura Random House

118- “El mundo feliz” de Luisgé Martín – Anagrama

119- “29 balas y una nota de amor” de Alfonso Egea – Al revés

120- “Hija de revolucionarios” de Laurence Debray – Anagrama

121- “Un solar abandonado” de Mohamed El Morabet – Sitara

122- “Los tiempos del odio” de Rosa Montero – Seix Barral

123- “El caso de las japonesas muertas” de Antonio Mercero – Alfaguara

124- “La primera vez que vi un fantasma” de Solange Rodríguez Pappe – Candaya

125- “Lugares fuera de sitio” de Sergio del Molino – Espasa

126- “Ola de frío” de Diego Pita – Tres hermanas.

127- “La llave del padre” de Almudena García Páramo – Amazon

128- “La invención de Morel” de Adolfo Bioy Casares – Seix Barral

129- “Lila” de Gonzalo Unamuno – Factotum

130- “La conquista de los polos” de Jesús Marchamalo – Nórdica

131- “Querido México” de VVAA – Nórdica.

El año que viene más. Mucho más.

Feliz año.

 

 

 

Reseña

«Nada que no sepas» de María Tena – Tusquets

«Nada que no sepas» es magnífica. Una historia sobre la necesidad de saber, sobre la búsqueda, sobre la imposibilidad de avanzar sin conocer. Sobre lo que sabemos de nosotros mismos y como, al final, la memoria nos construye.

Pero también es una historia sobre el amor, sobre la pareja y cómo se va desagarrando con el tiempo y la rutina.

«Nunca se sabe cuál es el momento en que  las cosas empiezan a joderse. No es como cuando la comida se pudre. No hay olor, no hay señales. Pero cuando te das cuenta se ha perdido la pasión y queda ese cariño que tiene el mismo sabor que las galletas deshidratadas de la comida de régimen. Ese afecto blando, gelatinoso, que ya no te sostiene para enfrentar la vida. Algunos no sabemos vivir sin eso: la chispa, el arrebato, ese fervor«.

Es la historia de una mujer que decide volver a Uruguay para saber cómo murió su madre, que tenía tan solo treinta y siete años, una historia que su padre siempre le ocultó. La historia arranca así, con una salida precipitada, las maletas siempre preparadas, como huyendo. Nada se sabe de su madre. Y cuando en Uruguay empieza a preguntar se encuentra con las viejas historias que nunca se han contado, con los secretos que todos sabían, con amistades que han envejecido y tiene que entenderlo todo, buscar, reelaborar sus propios recuerdos, distinguir lo que es verdad, de lo que le cuentan. Y así no solo reconstruye la historia de su madre sino que se encuentra a sí misma, recuerda a su padre, recuerda sus propios miedos, imágenes olvidadas,  la historia de su hermano y desde allí es capaz de entender mejor su historia en España y cerrar el círculo. Es fantástico como María Tena cuenta como la madre tiene que adaptarse al Uruguay de los años 60, viniendo desde una España gris, de posguerra, católica y reprimida, pazguata, para sumergirse en el Montevideo de la alta burguesía, divertido, liberal, un poco de vuelta de todo.  Porque «Nada que no sepas» es también una historia sobre cómo nos marca la educación, sobre como liberarnos de lo que nos ha formado.

Además, el viaje se inicia después de que nuestra protagonista sepa que su marido le ha sido infiel así que, de alguna forma, viaja también buscándose a sí misma, buscando respuestas a su vida, caminos, decisiones. La recuperación de un amor antiguo. La valentía y la decisión de recuperarlo. El descubrimiento del amor cuando ya casi no lo esperas, cuando tienes que salir de la comodidad de la rutina, de los gestos conocidos para volver a sentir la misma pasión. Para liberarte. Aunque nada termine.

«Ahora, según pasan los años, me doy cuenta de que nada termina nunca del todo. Ni siquiera con la muerte».

Me ha parecido emocionante, clarividente. Es verdad que yo estoy muy sensibilizado ahora con el tema de la memoria, empeñado en recuperar la mía, y me veo en cada línea y me reconozco en ese título, tan maravillosamente puesto, «Nada que no sepas», y, también, en la imposibilidad de saber del todo.

«Es tan inmenso el territorio de lo que no sabemos. Todo lo que se queda por decir«.

 

 

PROGRAMA

VOLVEMOS

Con el mes de junio terminó la tercera temporada de LITERATURA Y COMPAÑÍA. Pasaron por nuestros micrófonos Joaquín Berges, Carlos Frontera, Antonio Mercero, Edurne Portela, Javier Moreno, Vicente Luis Mora, Aixa de la Cruz, Antonio Orejudo, Fernando Calvo, Carlos Zanón, Adolfo García Ortega, Beatriz Rodríguez, Carlos Mayoral, Sergi Bellver, Santiago Gamboa, Denise Despeyroux, François Musseau, David Torres, Remedios Zafra, Begoña Huertas, Inés Mendoza, Silvia de Pé, Ricardo Menéndez Salmón, Silvia Herreros de Tejada, José Ovejero, Eva Serrano, Marta Porpetta, Paco Bescós, Juan Carlos Méndez Guédez, Carlos Fortea, Luis Roso, Ignasi Vidal, Patricio Pron, Rodrigo Blanco Calderón, Iñaki Martín Velasco, Manuel Vilas, Albahaca Martín, Jimena Tierra, David Villanueva, Miguel Sáez, Jesús Egido, María Fernanda Ampuero, Nacho López Llandres, Marta Sanz, Ignacio Martínez de Pisón, Claudia Larraguibel, Muriel Villanueva, Miguel Ángel Hernández, Alonso Guerrero, Iván Rivas, Carmen Estirado, Nuria Labari, Quan Zhou, Fernando Sánchez Pintado, Llucia Ramis, Pablo Simonetti, Fernando Beltrán, Toni Hill, Florencia del Campo y David Jiménez Torres.
Y por supuesto, mis colaboradores, Virginia López Ballesteros, Susana Méndez Gago, Eduardo Laporte, Eva Manzano y Elsa Veiga, sin los cuales nada hubiera sido posible.

Volvemos el próximo domingo día 9 de septiembre, a las 20 horas, en Gestiona Radio.

Tengo que contaros mis lecturas de verano y cada semana os contaré cómo ha ido la grabación y qué nos espera en el siguiente programa.

Prometo no abandonaros.

 

PROGRAMA

PROGRAMA 76

El domingo pasado se emitió, en Gestiona Radio, el programa 76. Entrevistamos a Miguel Sáez Carral, a Jesús Egido (editor de Reino de Cordelia) y arrancamos la sección de Literatura Infantil y Juvenil, con Eva Manzano. http://www.ivoox.com/25370799

Con Miguel Sáez Carral hablamos de su novela «Una mujer infiel», editada por Planeta. Bajo la apariencia de una novela policiaca, en realidad, es una novela de personajes, con una protagonista, Be, inolvidable, y que reflexiona alrededor de lo especial frente a lo vulgar, de la capacidad que tenemos para vivir algo especial, de los celos, del amor, del miedo, de la pareja, de la amistad (tema recurrente en la obra de Miguel Sáez). Hablamos además del mundo del cine y de la televisión, de los guiones. Yo creo que es una charla magnífica: http://www.ivoox.com/25370632

Luego nos visitó Jesús Egido, editor de Reino de Cordelia. Me encanta esta editorial, la belleza de los libros que edita, sus tamaños, sus formas, sus autores. Tiene algunas joyas que no se pueden pasar por alto, como la edición ilustrada de «Luces de Bohemia» o el primero tomo de los cuentos de Jack London. Pero es que acaba de recopilar los cuentos de Edgar Neville y es otra maravilla. http://www.ivoox.com/25370665

Para terminar, pusimos en marcha la sección de Literatura Infantil y Juvenil, de la mano de Eva Manzano. Eva es una apasionada del tema y eso se nota y se transmite. Cuenta muy bien las cosas y tiene mucho criterio. Nos va a dar muchas alegrías. No os perdáis las magníficas recomendaciones que hizo: http://www.ivoox.com/25370791

La semana que viene más.

Lecturas

Lecturas por capítulos

Mi biblioteca es un ecosistema. Y la parte donde están los libros pendientes de leer es la selva. Cuando yo me voy (como los juguetes en «Toy Story») mis libros cobran vida: se insultan, se increpan, presumen de ser el siguiente, mientras los libros de la zona civilizada, ordenados por orden cronológico, les miran de reojo.

Hay una balda donde están los libros que me voy a leer en cuanto tenga un momento, sí o sí, pero que, o porque son voluminosos, o porque ha pasado su momento de actualidad, he ido posponiendo. No sé si serán los libros para el verano. Allí está los últimos de Auster y de Almudena Grandes, está «El cuento de la criada» o el «Adiós muchachos» de Sergio Ramírez y también «Black out» de María Moreno, el último de Padura o «Homo deus». Si no los leo razonablemente pronto estos libros irán a la zona civilizada, cada uno en su país, por orden alfabético, esperando a mi jubilación o a una lotería.

Luego está la balda de los libros pendientes, donde es malo estar cuanto a la izquierda, porque los que van llegando los coloco a la derecha y el último sujeta a los demás. Hay guerra. Los cambio de sitio. Los priorizo. Cada vez que termino uno me voy a esa balda para elegir otro: y vuelvo a leer el argumento, hasta me leo las primeras frases, los huelo, los sopeso, miro cuántas páginas tiene y me pregunto qué me apetece. Y no es raro que me lleve cuatro o cinco a mi sillón de lectura y que no me decida por uno hasta que no haga unas catas. O que me lleve uno pero lo cambie. Ayer me pasó eso con Juanjo Millás: después de ser el elegido, de sacar la lengua a los demás mientras se venía conmigo, volvió a su sitio y me llevé el de Martínez de Pisón.

En esta balda hay cerca de treinta libros y todos quieren ser el primero. De derecha a izquierda, ahora mismo (todo puede cambiar en la selva de la novedad), está el último de Juan Tallón, que tiene un pintón y seiscientas páginas, está Soto Ivars, «El coleccionista» de Fowles, «Artífices de azar» de Yoav Blum, Millás, Volpi, Neuman y Daniel Ruiz y su «Maleza», están Hernán Zin, Vladimir Hernández, Kiko Amat, y David Monteagudo. Gumucio y Tom Perrotta marcan la frontera de la esperanza. Más allá empiezan a correr el riesgo de pasar a la balda de los «sí o sí pero ya veremos cuando» y de ahí a la civilización. Y os garantizo que hay algunas joyas.

Los libros de los autores que voy a entrevistar están a salvo en una balda separada. Ahora me esperan allí el «Amor fou» de Marta Sanz, que viene en dos semanas al programa y «Expediente Ananda» de Nacho López Llandres.

Y luego está la balda de los libros que leo poco a poco, por capítulos. Les tengo un cariño especial. Son unos cuantos libros que me llevo casi todas las noches conmigo y de los que me leo, cada noche, un capítulo. En esa balda está «Solenoide» (que me leo así por consejo de Eduardo Laporte), está «¿Qué estás mirando?» de Will Gompertz, esa maravilla editada por Taurus que me guía, con plano de Metro incluido, por el arte moderno. También hay dos libros pequeños, las «Meditaciones» de Marco Aurelio, editadas por Alianza (cada noche me leo una o dos), y «Escribir, tan solos» de Carlos Skliar, una maravillosa reflexión sobre la soledad de los escritores que intento disfrutar en pequeñas dosis. A esta balda se acaba de incorporar «El amor después del amor», un libro ilustrado, magnífico, editado por Bridge, que cuenta historias de grandes amores y desamores de artistas que provocaron creaciones geniales. Ayer me leí tres relatos, tres historias, entre ellas la de Onetti e Idea Vilariño, que me dejaron con ganas de volver. Y la estrella de esa balda es «Don Quijote de la Mancha» en la edición conmemorativa de Francisco Rico que editó Galaxia Gutemberg. Los años pares me leo el Quijote. Este año toca y ya voy por la Bodas de Camacho.

Cada noche intento avanzar un poco. Cada noche intento leer un poco de cada uno. Y les vuelvo a llevar a su balda. Ellos son más civilizados. Saben esperar.

Me falta tiempo.

A veces me sobra todo.