Teatro

«La comedia de los enredos» de William Shakespeare

Aunque no sé si deberíamos decir que esta es «La comedia de los enredos» de Alberto Castrillo-Ferrer, porque su sello está en toda la obra, su sentido del humor y su sentido del espectáculo, su concepto del teatro. La adaptación es de Carlota Pérez-Reverte Mañas, que también hace suya la obra.

Porque si ya la obra es divertida en sí (la historia de dos pares de gemelos separados al nacer y lo que ocurre cuando se encuentran en el mismo lugar), llena de equívocos, de juegos, de humor, desde la primera escena Alberto Castrillo-Ferrer propone su propio juego, sus propios equívocos, incluso sus propias tramas, para ir descolocando al espectador y metiéndole en su propuesta que casi termina siendo la historia de un grupo de actores que monta «La comedia de los enredos», con constantes guiños a la actualidad, con homenajes sorprendentes, como el de Groucho Marx, que buscan la complicidad con el espectador, la risa y el espectáculo.

Y para ello cuenta con un reparto magnífico, unos actores que se nota que se divierten, que juegan, que crean, que se lo creen. Yo quiero destacar a Silvia de Pé, que está espectacular, desde la primera escena hasta la última, que se come el escenario, ya sea en el papel de la excesiva Adriana como encorvada y vestida de letrada, con una luz cenital, mirando al público y manejando el silencio a la perfección. Pero también está brutal Julián Ortega en su doble papel de Dromio, o Javier Ortiz, que tiene un talento especial para la comedia. Y muy sorprendente es la actuación de Angelo Crotti, un actor que viene de la Commedia dell’ arte.

Hacedme caso: id a verla. Está en cartel, en el Teatro Bellas Artes de Madrid hasta el 3 de septiembre. Os vais a divertir, sobre todo si os dejáis llevar, si entráis en el juego, si sabéis que vais a ver la obra de un joven Shakespeare pero que él mismo se partiría de risa al ver la adaptación de Carlota Pérez-Reverte y la dirección espectacular (nunca mejor dicho) de Alberto Castrillo-Ferrer.